BURGUILLOS DEL CERRO

Fotografía y diseño: José Valiente
Fecha de solicitud: 26-04-09
Fecha de aprobación: 26-04-09
Primer día de circulación: 06-05-09
Tirada: 250


No se ha podido identificar restos de la época musulmana, por lo que lo más antiguo debe atribuirse a la fortaleza templaria y, sobre todo, a los dueños que se sucedieron en el señorío desde comienzos del siglo XIV cuando se extingue la Orden del Temple, especialmente durante
la posesión de Don Alfonso Fernández Coronel, señor d e Aguilar, que ostentaba el señoríosobre Burguillos y su castillo a mediados del siglo XIV, tras los templarios. En torno a 1374 son propietarios los Vargas y desde finales del siglo XIV hasta bien entrado el siglo XVI es de los Zúñiga de Béjar. Lo más importante d e lo que hoy persiste en el castillo creemos que debe ser
del siglo XIV, a lo que se sumaron algunos añadidos durante el siglo XV cuando eran señores del lugar los Zúñiga.

Pueden identificarse dos partes, aunque en distinto estado de conservación: una barbacana o antemuralla exterior que recorre el monte a media altura, y en lo alto el bloque principal de la fortaleza o castillo propiamente dicho, de forma aproximadamente rectangular con torres en las esquinas, sobresaliendo una de ellas que es la del Homenaje.

En las otras esquinas de este recinto principal se levantan sendas torres , una prismática y las otras dos redondas, configurándose en el interior un patio de armas donde se emplazaban las diversas habitaciones y cámaras de la fortaleza, así como un aljibe. La entrada a este recinto se efectúa en un paramento de sillería a través de una atractiva puerta gótica ligeramente apuntada sobre la que campea un escudo con una banda atragantada, protegiéndose el acceso por un poderoso matacán parecido a la torre del Homenaje, del que solo se conservan sus cuatro randes ménsulas y la parte inferior del pretil.

En el cuerpo principal descuella la voluminosa torre del Homenaje, con un cuerpo superior retranqueado , raramente visto en Extremadura, y el cuerpo inferior más voluminoso, en lo alto del cual se adelanta un gran matacán que protege la puerta de acceso. El interior también ofrece como peculiaridad la estructura de la sala del cuerpo inferior con dos cúpulas y la disposición escalonada de la cubierta de las escaleras que ascienden embutidas en el muro, a base de arcos o pequeños cañones de ladrillo sobre muros de piedra, en una forma similar a la que pueden verse en otras fortalezas, como la de Monfragüe, bastante alejada de ésta.

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